Estaba inmersa en un mar de
imágenes frente a la pantalla. Un haz de luz atravesó la habitación desde la
ventana que estaba a sus espaldas y pudo verse a los ojos, ambos salieron de la
marea de datos y se estacionaron allí, el monitor se asemejó por un instante a
un espejo. Se sorprendió mirándose a sí misma de esa manera, de esa forma que creía haber perdido con el tiempo. Sin embargo no se angustió, se quedó un rato allí consigo
misma y respiró profundo mientras de la comisura de sus labios se esbozaba una sonrisa
y asomaba en el reflejo la blancura de sus dientes.
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