29 de junio de 2015

Protagonista

A veces me pasa, no sé a vos, pero a mi cada tanto me pasa. Momentos que vivo que sobresalen, me sorprenden y me ubican en un plano, como decirlo... en un plano en el que soy protagonista con todas las letras y, me parece, no hay nada más milagroso que darse cuenta de eso en el instante en el que pasa. Como ser más gráfico para explicarlo: Como una luz muy fuerte que atraviesa todo, te enceguece al principio y cuando baja la intensidad alcanzás a entenderlo, no sé si me explico. Situaciones que surgen de la nada: una pregunta aislada en el lugar y con las personas menos pensadas por ejemplo. Allí el entorno pesa mucho y la experiencia recae en el lugar que tomo frente a los otros, la respuesta es todo. Pero lo que más me conmueve y de alguna forma moviliza son esos momentos que son de alguna manera llamados, presentidos. Como cuando pienso una situación, la recreo o simplemente la esbozo en mi mente y en cuestión de minutos (o peor: de segundos) comienza a recrearse en la realidad. Me pone en una situación de alerta pero no deja de ser una sensación agradable. No sé si te pasará lo mismo a vos. Como que desde el principio quedo preso en una situación de impersonalidad absoluta, como si estuviese viviendo en medio de una película, el drama de la vida misma hecho carne, presente, un presente que se expande y puedo observarlo en su totalidad como si lo viese desde fuera y desde adentro al mismo tiempo. Y ahí me encuentro, respirando vida en todo sentido, vivo la situación en su totalidad y a la vez la recreo desde afuera al mismo tiempo, en vivo y en directo. En esos momentos, mejor dicho, instantes después, soy consciente (o al menos eso me parece, quizás esto son solo ocurrencias mías) de que al menos una milésima parte de eso que sentí puede ser contado, expresado a través de palabras, en ese momento creo que la vida, cortada, aislada en esa situación, adquiere sentido. Y hasta, por qué no, hasta se puede volver un hecho artístico en sí. Y la palabra no limita ni aleja sino que describe aún consciente de sus limitaciones y te acerca, a través del mensaje, de nuevo a ese instante que se fue. Es lo que queda, lo que puede ser relatado y merece ser contado, lo otro ya forma parte de uno y solo a mi me pertenece. Esas letras que forman palabras que intentan acercar al que lee algo que me pasó o esto que te cuento a vos ahora con estas palabras, capturan la fugacidad de la vida y lo transforman en algo distinto que intenta comunicar parte de mi ser, de lo que soy, lo que viví, mínima nada más y nada menos, expresión de la vida. Lo difícil es encontrar las palabras justas o al menos las cercanas para contarlo. En esos momentos creo que puedo escribir o expresarme sobre cualquier cosa. Que todo es idea esperando ser relatada, hilada en letras, en palabras que salen de mi boca, que dicen algo o al menos lo intentan.

20 de noviembre de 2014

Un buen tema para lavarse los dientes

Crazy Beat es un buen tema para lavarse los dientes. Bien rítimico y segmentado. Empezando por el hilo dental, diente por diente, muela por muela, para seguir el ritmo con el cepillado. Lo escuchaba con sus auriculares en el baño y se miraba al espejo mientras practicaba pacientemente esta faena, esta simple acción antes de irse a dormir. El tema va terminando y el deja todas las cosas en su lugar, se limpia la boca y su mp4 pasa al siguiente "track". Su duración es la misma que lo que lleva escribir un párrafo. Todas las comparaciones de tiempo se comparan con la escritura. Una canción pop-rock es igual a un párrafo de varios renglones, que parece una medida de tiempo exagerada. Cuando uno no escribe el tiempo pasa más rápido. La escritura no detiene pero demora el paso del tiempo. Y el trazo se vuelve difícil, la escritura densa, apretada, desaliñada mientras termina otra canción. Como un punto y aparte.


19 de noviembre de 2014

Cascada de agua hacia el desagüe

Escuchar como cae el agua que fluye desde la canilla, sale como si fuese un pequeño río, un arroyo, un lago ínfimo que genera un extraño ruido, cascada de agua hacia el desagüe, va pasando por toda la cañería, cruza toda la entraña de viejo plomo, se desliza ese río con sonido amplificado por el estado en que se encuentra el que presencia la escena. Una persona lavándose las manos, que se concentra en la acción de frotarse las palmas, sacarse la suciedad con las moléculas de jabón que se llevan las partículas de mugre y luego ese caer repetitivo, continuo, de la oración anterior. Si se presta detalle enseguida surge la analogía caprichosa. Es algo curioso. Como un capricho del lado obsesivo de nuestra inteligencia. De ese lado oscuro de la luna orgánica, neural y occipital.

Sucede porque el tiempo comienza a pasar más lento. Siempre reduce su ritmo cuando uno le presta demasiada atención a los detalles de las acciones. Ya no es solo acercar la mano. Involucra acciones ínfimas, primarias y previas. La mano comete, pero en realidad el cerebro comete antes que la mano para que ella y todos sus extraños músculos y articulaciones que la componen se muevan y hagan que resulte en un: "la mano se mueve". Es la respuesta del ADN, de la célula, del acido desoxirribonucleico, de siglos de evolución, todo para que la mano se mueva. Esto solo ocurre porque uno le presta demasiada atención a los detalles. Y si uno piensa así termina pensando que es mejor improvisar.  Improvisando evitas obsesiones. Rara vez la improvisación es una obsesión. El futuro vive de la planificación. La improvisación es como la melancolía del pasado, que siempre es melancolía. Cuando aparece lo hace como si fuese una indagación poética. Como irse un rato y después volver a ese lugar del que partiste. Dejar que lo lúdico, si, lo lúdico del pensamiento haga lo suyo. Como una planificación pero crepuscular, desde el futuro. By Ford, el modelo fordiano de producción de prudencia. Púrpura cerebral, el impulso eterno del axón, la transmisión continua de información que surge como improvisación. Datos conjuntos que generan un cambio en quien los introduce. Como si fuésemos una máquina con una ingeniería extraña. ¿Quién conoce de ingeniería humana? Deus ex machina. Homo ex machina. Las máquinas son el futuro. El futuro de la ciencia ficción. Y escribió novelas que se vendieron en kioscos y puestos de revistas.