30 de julio de 2011

Asir

Es como intentar asir la emoción
que genera la madrugada
mientras suena el simple tipeo
como si fuesen agujas de reloj,
como un segundero
moviéndose a un ritmo
desparejo, desordenado.

El ritmo de la mente,
de la idea,
que corre,
 jadeante,
con sus patitas:
las palabritas.
Intentan llegar a la meta
y no perderse en las lagunas
de mi cráneo.

Debo madrugar
pero no importa.
Las horas no se recuperan,
ni las que se duermen, ni las otras.




1 de julio de 2011

19/06

Como un vestigio
de veinticuatro versos arrinconados,
sin rima, 
en algún lugar de mi cabeza.

En medio del sonido
del silencio
se impone un grillo.
En unas horas amanecerá
una ciudad humedecida.