Debería decirte que anoche soñé
con vos. No quiero que te hagas la idea de que soy un loco, un desubicado o
un degenerado de esos que andan dando vueltas y que abundan en las
redes sociales. Trataré de explicarte el sueño para que veas de qué va todo
esto.
Nos cruzamos por casualidad, creo
que era en un recital al aire libre en alguna ciudad grande o algún evento
parecido. La gente iba y venía, yo estaba ahí con algunos conocidos que, en
esta realidad, hace tiempo no veo. Vos ibas sola. Había música de fondo y un
escenario enorme con plateas en la calle. En medio de ese mundo de caras sin rostros
nos reconocimos enseguida, cruzamos un par de palabras y después vos le diste
tu número de celular a alguien que iba conmigo, en ese momento no tenía mi
celular a mano. Tu idea era que te mande un mensaje para juntarnos después a tomar o comer algo y así
hablar más tranquilos. Recuerdo que no dijimos demasiado, no hacía falta, en el
momento en que cruzamos las miradas no hubo dudas, aún recuerdo tu imagen acompañada de
esa sensación.
El sueño continuó entre desvaríos
oníricos, como pasa siempre en los sueños, pero ese encuentro siguió siendo el
centro de todo. Conseguí mi celular y di vueltas pensando en qué escribirte. Recuerdo
que solo te saludaba y te decía que me había gustado verte así, por casualidad,
que estaría bueno aprovechar la situación, juntarnos para conocernos un poco
más y también te pedía que me digas en que lugar te encontraba. La última imagen que
tengo antes de despertar es la de la pantalla del celular mostrando que el
mensaje se enviaba.
Debería decirte que anoche soñé
con vos… El tema es que te lo tengo que decir por esta vía, un mensaje de
Facebook, que vos estás a cientos de kilómetros de acá y jamás en nuestra vida
cruzamos palabra. No conozco el sonido de tu voz ni vos el mío. Aparentemente
somos dos completos extraños. La imagen, la palabra escrita, ciertos gustos y
aficiones compartidas, todo a través de una pantalla, es lo que apenas nos
acerca. Ya nadie se envía cartas por correo postal. Las misivas en estos tiempos
se volvieron obsoletas. En unas horas cuando
vuelva a conectarme seguro voy a ver el “Visto” de este mensaje en la ventana
de chat…
Mientras escribo esto recuerdo y de alguna manera revivo el momento en que te enviaba ese mensaje en el sueño. Parece que el sueño cruza la vigilia. Siento lo mismo, lo que queda al despertar de un sueño que no querés que termine: la sensación de un sueño inconcluso. Espero que haya quedado claro eso de “debería
decirte que anoche soñé con vos”. Sabrás disculparme. Al menos lo intenté.
Beso.