Subía de a poco
las escaleras,
exploraba la señal
con la antena parabólica
del deseo,
buscaba
las escaleras,
exploraba la señal
con la antena parabólica
del deseo,
buscaba
incansable,
su imagen de niño,
no le parecía
inalcanzable.
Pensaban cambiarlo
con ciertas ideas,
modernas, adultas,
parlantes de pena,
ocultas en sus bolsillos
cosidos de sol,
pues habían sido
rasgados por la lluvia.
No había
quien pudiera ayudarlo,
en el desafío eterno,
cual santo sudario,
reliquia del tiempo,
trepar en los años,
abriendo baúles,
añejos,
de antaño.
Rompió telarañas,
días, candados,
saltó cercas,
reparó andamios.
Aún lo ven
su imagen de niño,
no le parecía
inalcanzable.
Pensaban cambiarlo
con ciertas ideas,
modernas, adultas,
parlantes de pena,
ocultas en sus bolsillos
cosidos de sol,
pues habían sido
rasgados por la lluvia.
No había
quien pudiera ayudarlo,
en el desafío eterno,
cual santo sudario,
reliquia del tiempo,
trepar en los años,
abriendo baúles,
añejos,
de antaño.
Rompió telarañas,
días, candados,
saltó cercas,
reparó andamios.
Aún lo ven
por los techos
azules del cosmos,
noche a noche
en la constelación
de la ingenuidad.
Allí seguirá buscando.
azules del cosmos,
noche a noche
en la constelación
de la ingenuidad.
Allí seguirá buscando.
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